Confudida por sus letras,
enamorada de sus escritos,
canto endemoniado por su máscara,
oculta tras el telón.
Respiración jadeante ante tal belleza,
perfume de su obsesión,
espacio transparente que les separa,
miradas deformadas.
Fuga de su divinidad,
enfurece tras su antifaz,
y traza su boceto,
amarra a su empeño,
confinándola en su laberinto.
Pacto, acuerdo, tratado,
a todo se resiste y su enmascarado,
se desprende de su careta,
rostro desfigurado,
que llora por haberla matado.
(A L.D)
