miércoles, 14 de septiembre de 2011

En tierra de nadie

Cierro los ojos y sigo viendo,                                                        
mi razón envía corrientes a mis párpados,
que tiemblan de manera sublime,
noto su cosquilleo, rápido, grandioso,
y me doy una tregua.

Ahí, en tierra de nadie, quieta, inerte,
permanezco, mirando lo que pasa,
quién pasa y cómo pasa,
¿me llevas?, ¿me subes?,
incapaz, inmóvil como un guijarro.

Mis pies están pegados al suelo,
hundidos en el fango,
las arenas movedizas me atrapan,
me succionan hacia su interior,
y pienso en abrir los ojos,
pero no puedo, no....

Mi sosiego no me lo permite,
siento el sol clavado en mi nuca,
la arena absorbe mi cintura,
pero mis ojos siguen cerrados.

Horas, días, meses....
sin luz que toque mi pupila,
soportando y esperando,
sin saber si la arena me consume.