jueves, 1 de septiembre de 2011

Maleta

¿Cuántas veces quise hacer esa maleta?,
tan pequeña y a la vez tan grande,
llenarla de recuerdos del pasado,
de folios y más folios manuscritos,
y nunca fui capaz.

De vez en cuando meto algo de ropa
y viajo a lugares encantadores,
o visito a mi "prole", pero ahí se queda.
Vuelve a su lugar encima del armario,
cerrada y con su cinta morada,
hasta la próxima excursión.

Meterme en la maleta sería otra opción,
¿buena o mala?, ya se juzgara,
pero si algo ronda mi mente,
si creo que sé lo que me tengo que llevar,
tal vez sea por algo, por alguien,
por mi.

Facturar lo más cercano, sin explicación,
sin adiós, sin despedidas,
rápido, eficaz e indoloro.

Si vuelvo lo haré con la maleta vacía
sin sorpresas, sin regalos,
o quizás la que regrese no sea yo,
sino esa maleta hueca de palabras.