miércoles, 24 de agosto de 2011

Musa

Mantengo la mirada en la bóveda celeste que me cubre,
la busco entre todos esos meteoros brillantes,
mientras el olor de un café irrumpe en mi nariz,
tostado, caliente, delicioso aroma,
invitaré a la celestina de mis noches a probarlo.
Ven, baja y siéntate a mi lado!!!
deja que los diamantes brillen solos,
consiente que por una noche sean ellos los dueños,
guardianes de tu manto,
centinelas de tu estela.
Ciega mis ojos con tu resplandor,
bebe de mi taza y mancha tu fachada,
que el café humedezca tus "labios",
y mi compañía conquiste tu mirada.
Te marchas con el alba,
te escondes en el firmamento,
y te quedas oculta en tu morada.