martes, 29 de noviembre de 2011

Sin permiso

Sin permiso avancé por la calle como una completa desconocida, cabizbaja y arrastrando los pies me dirigía a casa, las gotas de agua comenzaban a empapar mi pelo, y mis manos congeladas se volvían rojas como la amapola. Andaba deprisa, como si alguien me persiguiera, con ganas de entrar en mi morada y tomarme un café caliente, oler su aroma y calentar mi piel.
Seguí andando,cada vez más deprisa, casi corriendo, ansía de acercarme rápidamente a la puerta de mi refugio, sin mirar crucé la calle y de repente algo explotó en mi cuerpo, un gran impacto atropelló mi ser, resbalaba el agua por mi cara mientras la sangre cubría mi cuerpo, intenté mantener los ojos abiertos para poder divisar la puerta del lugar al que nunca llegaré a entrar.

Modo: Andando con permiso.