Mancharme las manos y teñir mi cara,
con un zarabateao peculiar,
cerrando los ojos y dejando sentir
como el tinte recorre mi semblante.
Intento perfilar el tono que me absorbe,
matizar el instante en el que me encuentro,
tan claro y a la vez tan oscuro,
antifaz viviente.
Limpiar, quitar, desnudar mi rostro,
y encontrar mi yo,
análogo al suyo, miedos me recorren,
miedos que contigo se convierten en caricias.
Un color, un tono, un matiz....y tú,
ahora lavo ese zarabateao de mi tez,
y te veo, y te quiero, y sé que eres
mi pintura.
