Y ¿por qué siempre te confundes?,
te equivocas y te nutres de ese calor imposible que deseas y que no puedes tener.
Conversación mínima con punto y final,
desvío equivocado, baches que mueven tu cuerpo y se convierten en más y más grandes,
sin conseguir llegar a ningún destino.
Quizás sea una mueca, otra mueca, en la existencia,
un gesto que buscas y no encuentras...,
ansiado guiño que no logras hallar.
Perdida en el trayecto comienza un nuevo crepúsculo,
y tú miras adelante y vuelves a ver la zanja que intenta hacer que caigas,
-no pasa nada- saltaré para reanudar la marcha,
aún si cabe con paso más firme, más seguro...
Al alba, al ocaso...oscureciendo con la luna, como si de tu verdadero amor se tratara.