jueves, 26 de enero de 2012

Vampiresa

Saciada de flujo sanguíneo deambula entre la maleza,
fustigada por las espinas,
cegada por las lágrimas,
corre apartando las ramas de su camino.
Aliento sediento, jadeante como el de un lobo,
alarga la mano para atraparla,
mientras el frío penetra en sus uñas.
Derribada en el lodo,
observa perpleja a su cazador,
se arrastra intentando huir,
su peso quema su ser,
y siente como la desgarra,
como abrasa su interior,
retuerce hasta el último hueso, músculo,
tiembla de dolor, jadea de placer...
mientras sus ojos se abren
y su tormenta se marcha.


A ti vampiresa