Acariciando cada amanecer como si de tu rostro se tratara,
fumándome el día a bocanadas,
abrazando la tarde desde lo más alto de la montaña,
despidiéndote con ganas de volver a verte,
con esa sonrisa que destroza mi alma,
rompe mis esquemas y abre mis labios para devolvértela.
Te escondes lentamente, susurrando al horizonte,
meciendo tus rayos entre los dedos de mis manos,
"hasta mañana... te espero con un guiño en la mirada".
Apareces rozando mi pelo,
de la noche, como un vagabundo entre las calles de una gran ciudad,
sonrío por verte, por observar tu silueta, esa que me deja sin respiración,
alargo mi mano, hago que te rozo, que te recorro entera,
infinita figura que arrebata tantos suspiros.
Pasemos la noche juntas,
mirándonos, contemplando cada línea de nuestro resplandor.
Estado: Eclipsando.
