martes, 14 de agosto de 2012

Respirar

Es en este mismo momento,
cuando el único ruido que llega a mis oidos,
es el tintineo de la persiana de mi habitación
al golpearla con el aire;
este preciso instante donde mi respiración
toca mi alma, mi pecho, mi nariz...
tratando de aspirar los millones de partículas
que flotan a mi alrededor.

Sin querer pensarlo,
solo olerlo,
algo aprieta mi pecho, convirtiendo los segundos
en púas afiladas,
inertes, frías y desgarradoras,
placer doloroso que comienza a invadirme,
fuerza extrema contra la que empezar a luchar,
continuar respirando,  porque es de nuevo
cuando comienza una nueva bocanada de aire.