Hoy recojo las migajas de amor que otros tiran,
pidiendo limosnas de cariño,
tratando de exigir un abrazo con lástimas,
enjuagándome en lágrimas la piel para limpiar mi soledad...
Sólo me quedan mis cuatro paredes de rejas,
unas cuantas hormigas-letras pinchándome la piel
unos cuantos tragos amargos de tinta que le darán color a la vida...
un tú sin mí porque no existe nada....
Un te quiero florecerá en mi jardín un día cuando se apague para siempre el Sol...